Wafra Living

El diseño de Wafra Living propone una organización innovadora de la vivienda en Kuwait, un nuevo tipo de vida multifamiliar que surge como respuesta social a las necesidades urbanas del país. Para ello, se ha tenido en cuenta tanto el estilo de vida contemporáneo como el respeto al contexto local, reintroduciendo la vida urbana en el edificio.

Wafra Living se ha diseñado como un edificio en altura que se retranquea de la calle, al que se le suma un edificio en forma de L que define el borde de la parcela. Este último ha sido diseñado para maximizar la privacidad dentro de la comunidad, al tiempo que proporciona abundante luz natural a los interiores y espacios comunes. Se han definido vacíos en plantas bajas del edificio delantero para proporcionar mejores vistas a los apartamentos de la torre.

El complejo combina a diferentes niveles espacios domésticos y escalas colectivas, tanto privadas como públicas. La arquitectura define el borde de la manzana y crea una serie de espacios abiertos dentro de la parcela comunitaria, con varios usos. El edificio se eleva en voladizo para atraer la vida de la calle, y se integra en el tejido urbano, cediendo parte de la planta baja a espacios públicos comerciales. Esta planta baja se conecta a una plaza elevada a través de un jardín escalonado.

El proyecto se compone de 16 tipos de vivienda, que van desde apartamentos de dos dormitorios hasta dúplex de cuatro habitaciones, distribuidos en cinco núcleos para atender a una amplia variedad de inquilinos. Las instalaciones comunitarias del proyecto incluyen múltiples jardines, gimnasios, piscinas, áreas de juego infantil, cancha de squash, terrazas públicas y espacio comunitario de usos múltiples.

Se crea una “Plaza Elevada”, que actúa como un espacio comunitario privado a gran escala para todos los residentes, con piscinas y acceso al gimnasio y jardines, un lugar donde disfrutar del deporte y el ocio en un entorno más privado.

Al mismo tiempo, las fachadas adyacentes a los edificios vecinos se han clausurado completamente, para impedir vistas indeseadas y ofrecer privacidad a esos inquilinos.

Para mejorar la relación público/privado en este desarrollo vertical, la planta baja se ofrece al vecindario de los alrededores a través de una zona comercial de 316 m2. Existen los controles necesarios de seguridad a través de puntos de acceso relacionados con una parte específica del edificio.

El acceso de los vehículos está previsto por tres puntos alrededor del solar para aliviar el tráfico en momentos de hora punta.

Por otro lado, la sexta planta se convierte en la zona peatonal privada para la comunidad, permitiendo a la planta baja convertirse en una extensión de la calle que es principalmente pública, para los peatones, y privada, para el acceso de los coches. Esta Plaza Elevada, situada en el sexto piso, sirve como un espacio comunitario para los inquilinos. La decisión de elevarlo se basó en la necesidad de crear un espacio de reunión social seguro que actúe como un amortiguador de la calle concurrida. Minimizará el ruido y creará un espacio comunitario privado para las familias. Aquí se han situado las piscinas, el gimnasio y una cancha de baloncesto.

A medida que se asciende por el edificio, el acceso a las zonas comunes se restringe según la categoría del apartamento. La red de escaleras y plataformas ayuda a relacionar estos espacios y puede utilizarse como una ruta de paseo/ejercicio protegida por la malla.

 

La malla, un elemento que acoge instalaciones comunes

Se ha creado una “malla” en la fachada como una capa que oculta varios espacios de servicio en los apartamentos que no se relacionan directamente con lo público. Se trata de un elemento uniforme a lo largo del proyecto que es percibido como un espacio construido que tiene varios usos, más que como un paño de fachada estética. Define el complejo empezando en la primera planta y como si creciera como la hiedra, vertical y horizontalmente, complementando al resto de la fachada.

Sirve también para resolver las necesidades de salida de emergencia -escaleras de incendio- e incluso como una ruta de acceso y ejercicio para los usuarios, ya que conduce a varias plataformas exteriores que podrían utilizarse como puntos de encuentro para actividades de ocio y tiempo libre.

La malla se ha materializado en el edificio en L, lo que permite situar los principales espacios de estar de los apartamentos frente a las calles, mientras que los servicios -cocinas, baños, etc.- se enfrentan al patio interior. La malla asciende por las fachadas interiores y trepa hasta la azotea para envolver varias instalaciones comunes. Ofrece mayor privacidad a los apartamentos que están detrás y mejores vistas a los que están al frente.

La envolvente del edificio proporciona un entorno seguro para los habitantes, protegiéndoles del bullicio de la calle. Desde este nivel, se puede ver una celosía de aluminio: una doble piel que sube por la fachada interna y alberga los recorridos de emergencia, además de ocultar distintos espacios de servicio que no se relacionan con lo público. Detrás de la celosía se encuentran los cinco núcleos, que comunican las plantas residenciales.

Se han empleado técnicas de diseño pasivo y materiales innovadores para maximizar el aislamiento térmico y minimizar los consumos de luz, fomentando, además, la ventilación del edificio, evitando el efecto “isla de calor” que se produce en este tipo de desarrollos urbanos.

Con la pandemia, tipologías como ésta han cobrado un interés renovado, al ofrecer una variedad de espacios comunitarios y públicos que resultan fundamentales para el bienestar de la sociedad. Wafra Living se ha concebido con un enfoque social y sostenible. Este proyecto se erige en ejemplo de cómo abordar los problemas urbanos y redefinir áreas, convirtiéndose así en un catalizador del crecimiento futuro de la ciudad.

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