Atlas de arquitectura
¿Cómo es la casa de veraneo perfecta? ¿Cómo el arte moderno refleja la arquitectura? Cruzando estas dos preguntas, en este nuevo artículo escribimos una pequeña historia sobre un día de vacaciones reconstruido a través de las experiencias de distintos artistas del siglo XX durante sus veranos. Artistas, que en la costa oeste de EEUU, en California y cerca del Mediterráneo, se inspiraron para pintar el reflejo de las arquitecturas del descanso, pero de una manera parcial y sugerente, como instantáneas de una vida relajada y tranquila.
El sol inunda el jardín de la casa de verano en Maine, cerca del mar, donde una pareja pasa los veranos. Los inviernos allí son fríos pero hoy el sol brilla tan fuerte que la casa parece amarilla como el sol. Esta casa es tradicional, con su típica fachada de madera y sus ventanas ordenadas. En el jardín que la rodea, los lirios se abren espléndidos y rojos. Se acerca el mediodía y continuar con el cuidado de las plantas parece cada vez más insoportable, a pesar de la brisa ligera.
Alex Katz, Lillies Against Yellow House, 1983 (© Alex Katz, via Tate)
Alex Katz (Nueva York, 1927) es uno de los precursores del arte pop. Su obra se caracteriza por sus composiciones planas, y sus siluetas o ‘cut-outs’. Desde finales de la década de 1950, Katz y su esposa, Ada, han pasado todos los veranos en «la Casa Amarilla», una granja de 200 años de antigüedad que el artista pintó de un tono amarillo. Katz ha pintado los elementos que rodean la casa: los campos, los árboles y las flores, la propia casa, el estanque y el muelle.
Decidida a refrescarse, la mujer deja todos los útiles de jardinería por el suelo. No pasa mucho tiempo antes de que una explosión de sonido y espuma interrumpa el silencio que se ha apoderado del final de la mañana. De nuevo, por un instante, vuelve una paz inquieta. Ya no hay brisa, ni una nube, el cielo es tan plano como las formas abstractas de la arquitectura de Estilo Internacional que se extienden a lo largo de esta costa que tiene los mejores atardeceres del mundo. La piscina doméstica parece hoy el mejor invento del siglo XX. El calor abrasador, genera una atmósfera de axfisiante quietud.
David Hockney, A Bigger Splash, 1967 (© David Hockney, via Tate)
David Hockney (Bradford, 1937) visitó por primera vez Los Ángeles en 1963. En 1976 estableció allí su residencia permanente. Le gustaba el estilo de vida relajado y sensual de California. Allí todo el mundo tenía piscina. En A Bigger Splash, los colores brillantes e intensos resaltan la fuerte luz californiana.
Ella saca la cabeza del agua y la agita, para separar el pelo mojado de su cara. Entonces, viene otro sonido desde el interior. De nuevo agua, en minúsculas gotas, sale despedida, y ahora se desliza sobre el cuerpo que con cuidado, se quita el jabón de la piel. Una mano se desliza sobre la otra. El rumor del chorro de agua resulta reconfortante y refrescante. La ciudad lucha contra el poder de su sol descomunal a base de infraestructuras de agua e ingeniosos y hedonistas dispositivos arquitectónicos. Piscinas de riñón y enormes duchas son todos espacios de homenaje al placer físico característicos de la ciudad de Los Ángeles de los años 50. La infraestructura de abastecimiento de agua, invisible bajo el suelo de la ciudad, ha cambiado la historia de la domesticidad.
David Hockney, Man in Shower in Beverly Hills, 1964 (© David Hockney, via Tate)
Hockey pintó de forma abundante el agua de Los Ángeles, especialmente fascinado por los chorros que producían cuerpos y dispositivos arquitectónicos. El culto al cuerpo y al hedonismo son elementos característicos de la modernidad que el pintor británico tan bien refleja en sus pinturas. Están ligados al desarrollo de las infraestructuras urbanas que se produce en el siglo XIX, pero también a distintos movimientos culturales que buscaron un alivio de la vida urbana tras la revolución industrial.
La casa que vemos apenas está decorada y los grandes vanos son su principal característica. Enmarcar las vistas resulta el ejercicio principal. Como si la arquitectura reflejara el deseo del cuerpo humano de, en condiciones de luz y calor, liberarse de toda mediación entre la piel y el exterior, la casa se despoja también de todo adorno. El mar, el horizonte vacío, permiten reposar la vista tras meses de trabajo acelerado en la ciudad.
Edward Hopper, Rooms by the Sea, 1951 (© Edward Hopper, Via Wikiart)
Esta pintura del artista estadounidense Hopper (Nyack 1882 – Nueva York, 1967) nos transmite soledad e introspección. En 1930, él y su esposa Josephine Nivison alquilaron una cabaña en South Truro, en Cape Cod, Massachusetts. Regresaron todos los veranos, y construyeron una casa de verano, en un acantilado con vistas al agua, en 1934. Desde allí, viajaban en automóvil cuando Hopper necesitaba pintar.
Ante la fuerza de la luz del mediodía, el hombre baja la persiana veneciana hasta que queda parcialmente cerrada. La luz ilumina una copa de vino y proyecta su sombra sobre la superficie de una mesa de madera. Los planos negros y grises construyen un juego de geometrías que parece pura razón, objetividad, evocan una tradición cartesiana imposible de negar. Un periódico nos permite saber en qué fecha estamos, y sin duda nos habla de los habitantes de esta casa, de sus ideas y de sus reuniones.
Juan Gris, The Sunblind, 1914 (Via Tate)
Juan Gris (Madrid, 1887 – Boulogne-sur-Seine, 1927) pasó el verano de 1913 en Céret, en los Pirineos franceses, donde empezó a trabajar la técnica del papier collé: recortes de cartón y papel, a veces de periódicos, adheridos sobre el lienzo y combinados con el óleo. En su pintura geometría y racionalidad tenían una importancia especial.
En la misma habitación observamos la mesa, con alimentos y algunos utensilios de comida. El verano es comer despacio y largas sobremesas, un tiempo lento que evoca la sensación gratificante de rendirse a los placeres del cuerpo.
Louisa Matthiasdottir (Reykjavík, 1927 – 2000) pintó este cuadro en el que la disposición de los objetos, separados entre ellos, nos transmite una sensación extraña. El espejo nos devuelve una imagen de la habitación vacía, pero fácilmente, por sus colores, podríamos imaginar que estamos viendo el horizonte del mar a través de una ventana. El azul intenso del mantel nos habla también del verano, y nos lleva a los colores tradicionales de los pueblos del Mediterráneo, aunque la referencia de la pintora se ubica en otra geografía. Lo que nos muestra es una Vanitas, una tradición de naturalezas muertas en la que se alude a la condición efímera de la vida, y la inevitabilidad de la muerte.
Cerramos los ojos, sintiendo el cuerpo pesado del propio placer, adormecido por el calor y la comida, un sueño que invade la sobremesa. Los párpados desde el interior se ven de un rojo resplandeciente, en nuestra cabeza se alternan las imágenes azules del mar que veíamos por la ventana, el blanco de las paredes límpidas de la casa de verano y el amarillo del sol abrasador. Llega la siesta, acogida por los sonidos del mar que llegan a lo lejos y el relax de un breve tiempo en el que no hay prisa por hacer nada más.
Ellsworth Kelly, Méditerranée, 1952
El pintor abstracto estadounidense Ellsworth Kelly (Nueva York, 1923 – Nueva York, 2005), también pasó un tiempo viajando por el sur de Francia, entre los años 1949 y 1952. En esta composición característica del artista por su organización en rectángulos de colores, los distintos tonos de azul quieren hacer referencia a los colores del mar Mediterráneo. El resto, le sugieren al pintor los tonos típicos de la arquitectura de esta geografía. Así, Kelly no retrataba un lugar a través de la representación, sino que lo evocaba, como una atmósfera o la impresión visual de un paisaje y una cultura. Méditerranée fue la primera de sus obras donde utilizó distintos paneles pintados en relieve y marcó un punto de inflexión en su práctica.
Actualmente, AGi architects tiene en desarrollo un conjunto de viviendas unifamiliares en el Mediterráneo, 5 Gemas. Ubicadas en Marbella, en una ladera, se orientan hacia las vistas del mar. En ellas las primeras plantas vuelan sobre el jardín, proporcionando sombra, protegiendo la piscina y creando un espacio para disfrutar de la tranquilidad del mar.
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