Hace unas semanas hablábamos de piscinas Art Decó en el blog, construidas en las décadas de los 30 y los 40, ahora escribimos sobre las piscinas modernas y postmodernas, que llevaron el chapuzón al jardín de las casas unifamiliares.
Fotografía de una piscina en Beverly Hills tomada por Joe Scherschel para la revista LIFE en 1960.
En 1960, la revista LIFE envió al fotógrafo Joe Scherschel a fotografiar lo que entonces era un nuevo fenómeno doméstico: la piscina privada. Según LIFE, los estadounidenses se gastarían 250 millones de dólares en construirse un espacio propio para el baño. Y es que fueron precisamente los norteamericanos los que dieron empuje al fenómeno de la piscina en cada casa.
‘The climate is sunny, the people are less tense than in New York … When I arrived I had no idea if there was any kind of artistic life there and that was the least of my worries.’ Dijo el artista británico David Hockney acerca de su llegada a California en 1963, fascinado por el hedonismo acuático de los californianos. En Los Ángeles todo el mundo tenía una piscina. Hockney volvería a la ciudad los años siguientes, y se quedaría ya definitivamente a vivir en esa tierra soleada a partir de 1976. Y precisamente, una piscina es lo que muestra la obra más famosa del artista. ‘A Bigger Splash’ se pintó en 1967 a partir de una fotografía que Hockney descubrió en un libro sobre, precisamente, piscinas. Tras el agua, el cuadro muestra una casa de estilo moderno.
‘A Bigger Splash’, David Hockney.
Y, por supuesto, las Case Study Houses iban acompañadas de una piscina donde refrescarse del sol. Dejaron increíbles ejemplos, entre los cuales quizá el más famoso sea el de la vivienda número 22 del programa, realizada por Pierre Koenig. La casa está rodeada de estanques de agua que circulan hasta el tejado y retornan el agua como si fueran fuentes. Además una piscina enfrenta las espectaculares vistas, que se han vuelto un icono de Los Ángeles.
Case Study House Nº22, también llamada Stahl House, diseñada por Pierre Koenig y fotografiada por Julius Shulman.
La simulación de un estilo natural era entonces una de las tendencias de moda. Muchas piscinas se diseñaron con forma libre y rodeadas de rocas. A veces, situadas en un lugar ya de por sí rural, suplían las inconveniencias de bañarse en un lago o en el mar.
Una piscina en Mamaroneck, N.Y., construida por E. L. Wagner Co.
Entre las piscinas de forma libre que más destacan está, quizás, la de otra Case Study House, proyectada por Albert Frey en Palm Springs para Raymond Loewy, uno de los diseñadores más importantes de los años 50. Loewy fue el autor de los logotipos de Lucky Strike, Shell, o de la botella de Coca-Cola. Fue también diseñador en Studebaker, una marca de automóviles en la que Loewy aplicó un nuevo estilo de diseño que se llamó “streamlining”, caracterizado por su estilización y aerodinamismo. Su trabajo, desarrollado bajo los lemas ‘Avanzado, pero asumible’ y ‘Lo feo no se vende’, es característico de la Edad Dorada de los Estados Unidos.
Loewy House, Albert Frey.
En el diseño de Frey, la piscina es redondeada, y penetra en el interior de la vivienda diluyendo el dentro y el fuera. Las imágenes de Julius Shulman, el excelente fotógrafo que inmortalizó mucha de la arquitectura californiana del momento, la revelan como la pieza central de la casa. Ésta es un ligero y sencillo pabellón de una planta. La piscina, cerrada en su lado abierto por una pérgola y un jardín de rocas, se muestra como el escenario de fiestas íntimas en un verano que dura todo el año.
También en EEUU estaba el artista canario César Manrique en los años 60. Tras pasar dos años en Nueva York, Manrique volvió a Lanzarote y se construyó una casa en la que buscó una armonía con el paisaje de la isla. La vivienda se levanta en un terreno afectado por la corriente de lava de la última erupción en Lanzarote, en el siglo XVIII. La primera planta se sitúa sobre una inferior formada por una especie de grutas, burbujas volcánicas, que el artista empleó para crear estancias, conectadas por pasillos horadados en el magma. Una de estas burbujas, carente de techo, de forma natural ya que se hundió durante el movimiento del magma volcánico, sirvió para crear la piscina. Manrique la llamó ‘jameo del agua’, que significa hundimiento.
Casa-fundación de César Manrique en Lanzarote.
Después de los 60, la piscina privada se ha convertido en un fenómeno mundial. Algunas piscinas diseñadas en las décadas siguientes son un ejemplo de lujo y hedonismo. En 1976, Ricardo Bofill se construyó también una casa para sí mismo, donde la piscina, esta vez a través del color, se vuelve inolvidable. Es la casa de vacaciones del arquitecto, situada en Mont-Ras, en la Costa Brava. Terminada en azulejo rojo, bajo la fuerte luz del Mediterráneo, la teatralidad de su arquitectura se subraya. El comedor, lugar de encuentro, también revestido de cerámica de color rojo, está orientado a la piscina y conectado con la cocina.
Casa en Mont-Ras, Taller de Arquitectura.
En las casas de AGi architects, la piscina es también fundamental. Ocupa en muchas ocasiones un lugar central, como corazón de la vivienda, ya sea en el exterior, como en Mop House, o en el interior, como en Three Gardens House, donde varias piscinas se articulan en relación a los volúmenes que la configuran. La piscina, a veces, se relaciona con el horizonte, como en Star House, y en otras, vincula interior con exterior, al pasar de un espacio a otro, como en la piscina de Wind Tower. Finalmente, el color y el tipo de acabado dan personalidad a cada piscina, iluminando los espacios en los que se sitúan, y dotándolos de carácter.
Three Gardens House, AGi architects.
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