Nueva Duna es el proyecto que preparamos al final de la pasada primavera para un complejo turístico ubicado alrededor de una piscina de olas en la Costa del Sol. Nuestro acercamiento se centró en potenciar la totalidad de la experiencia del surf, creando un lugar que evocara las mismas sensaciones que el disfrute del surf en el océano.
La experiencia del surf comienza mucho antes de la práctica en sí. Llegar a la playa, preparar el equipo, esperar a la ola perfecta, contemplar el mar o descansar después de tomar la ola forman una parte importantísima de las sensaciones intensas que se experimentan practicando este deporte.
No se trata de construir un edificio sino de construir un lugar.
Con estas sensaciones en mente, planteamos como premisas para Nueva Duna las de construir, conectar y experimentar. Comenzamos organizando la topografía del conjunto para construir un paisaje, inspirándonos en el litoral dunar. Nos adaptamos al terreno, en pendiente, causando la mínima perturbación. La topografía se organiza a través de muros de formas sinuosas que forman terrazas. Estos muros son de tierra apisonada estabilizada.
Trabajamos la relación con el paisaje y las vistas para que fuera cambiante y sorpresiva. Se activa lo sensorial a nivel de suelo construyendo una red de caminos con materiales naturales. Las vistas se encuadran a través de los distintos recorridos. Giros en el camino y los huecos en los muros juegan con las sensaciones de apertura y de privacidad. En los niveles más altos se generan puntos panorámicos que permiten disfrutar de la belleza del paisaje.
La piscina de olas es el elemento principal del complejo, y se sitúa en la cota más baja. Alrededor de ella se organiza todo un borde variado en su paisajismo donde disfrutar a la entrada y salida de las olas. Allí podemos relajarnos en la playa, la Sunrise Beach. El público infantil puede jugar en la zona de actividades, mientras tomamos algo en el Beach Bar, o quien prefiera, patine en el Skate Park. Otros elementos arquitectónicos, diseñados en madera y con un espíritu californiano, como la Cabaña de la Playa y las Gradas, hacen que la experiencia surfera sea completa, creando los mismos ambientes que se dan en las mejores playas de todo el mundo.
El paisaje dunar del litoral inspira Nueva Duna.
El ámbito de borde se ve rodeado por un edificio de tejado de madera ondulante y amplios aleros. Sus muros son de tierra apisonada. Los materiales naturales y la suave geometría curvada crean una sensación relajante y orgánica. Aquí están el restaurante, en contacto con las olas, la tienda y la escuela de surf.
Detrás se materializan diversos tipos de alojamientos, acordes con los distintos perfiles de huéspedes del complejo. En el primer nivel, situamos las Cabañas de la Playa, que disfrutan de un salón al aire libre para disfrutar del paisaje y del sonido de las olas. Delante de ellas, el paisajismo se recrea en las rocas y especies vegetales del paisaje costero.
Tras ellas, las Cabañas de Primera Línea se extienden hacia el porche delantero. Más resguardadas diseñamos un conjunto de las Casas Patio, de hasta 100 metros cuadrados, que disfrutan de un acogedor patio. Situadas en un nivel posterior, las Cabañas Árbol se elevan para disfrutar las vistas del complejo.
Por último, se plantea un Apartahotel donde las vistas a la playa tienen el protagonismo absoluto. La materialidad de todas estas tipologías de vivienda combinan colores claros y cálidos con el uso de madera y materiales naturales, amplios ventanales con carpinterías de madera y zonas exteriores cubiertas por celosías que tamizan el sol a través de sus vigas.
Naturaleza, más forma de vida, es igual a una experiencia única. Evocar estas sensaciones en toda la arquitectura de Nueva Duna es lo que hemos buscado en el proyecto. Hemos diseñado un lugar único y sostenible que busca crear la sensación de estar en una de las mejores playas del mundo. Nueva Duna articula una naturaleza propia para acercar la experiencia del surf a la Costa del Sol.
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