La metodología BIM consiste en la coordinación de distintas tecnologías para la gestión de proyectos, a través de un modelo digital 3D único, acortando tiempos tanto de diseño como de producción y por tanto reduciendo costes. Además implica una nueva forma de coordinar los distintos equipos que participan en ello, mejorando así la calidad de los proyectos de ingeniería, arquitectura y construcción.
En este artículo desglosaremos los cambios que se han producido en los métodos de trabajo y desarrollo de un proyecto. Consiguiendo la optimización del proceso, la racionalización de fases del proyecto y un flujo de trabajo más lineal y colaborativo.
En las fases iniciales, donde el proyecto evoluciona y se va generando, la metodología BIM nos ayuda a extraer plantas y secciones fácilmente de un único modelo 3D. Este modelo es el germen del proyecto y gracias a los distintos visualizadores, permite la comprensión de las distintas propuestas por parte del cliente y de nuestro propio equipo, y todo esto, en tiempo real.
Debido a la importancia de la implantación del proyecto en el lugar y su adecuación al entorno, es de gran valor la información que podemos obtener acerca de la evaluación energética de edificio. De esta manera desde las fases iniciales se generan comparativas de las distintas soluciones sostenibles, permitiéndonos seleccionar la más adecuada desde la fase conceptual. Para ello podemos utilizar el modelo BIM para estudiar la orientación óptima de las estancias, la cantidad de radiación solar y el menor impacto medio ambiental (6D). Podremos en el caso que sea necesario exportar el modelo a herramientas específicas que complementen la información obtenida desde el modelo nativo.
La coordinación del equipo de diseño comienza a tomar importancia en las fases intermedias. Se debe, desde un principio, gestionar los ámbitos y la capacidad para modificar los distintos elementos de diseño de cada miembro del equipo. Un modelo BIM y un entorno abierto, permite a distintos equipos diseñar de manera simultánea las distintas partes del proyecto, sin generar interferencias y agilizando el proceso.
Durante las fases más avanzadas del diseño, el uso de estándares abiertos permite la utilización de las mejores herramientas específicas en el cálculo y el dimensionado de las estructuras y las instalaciones. En primer lugar, la exportación a IFC del modelo arquitectónico permite a los ingenieros la importación en sus programas de modelado y análisis, para su posterior evaluación y aprobación por parte del coordinador del proyecto. Posteriormente el intercambio de ficheros BCF permite transmitir comentarios y observaciones, así como realizar un seguimiento de las modificaciones en el proyecto que facilite la trazabilidad de las mismas.
Los archivos IFC también son utilizados para federar o integrar los distintos modelos parciales del proyecto, y comprobar el grado de colisiones entre ellos. Mediante el uso de herramientas de comprobación detectamos de manera anticipada posibles anomalías que puedan causar conflictos posteriormente en obra, y de esta manera evitar modificaciones que resultan más costosas durante la ejecución de la obra.
Ciertos elementos singulares requieren de atención especial durante el desarrollo de los proyectos. Para ello, podemos estudiar opciones de diseño gracias a la utilización de herramientas paramétricas. Con ellas podemos estudiar y comparar pormenorizadamente distintas alternativas, que nos permitan elegir la solución más conveniente para nuestro cliente. Estas herramientas sirven para desarrollar fachadas, acabados e incluso elementos singulares en la fase de diseño de interiores, gracias al uso de formatos interoperables podemos diseñar mobiliario exclusivo y único que aporten valor a la propuesta.
A la hora de elaborar la documentación de obra, el uso de la metodología BIM permite garantizar la correcta coordinación entre el modelo tridimensional (3D), los planos bidimensionales exportados a distintos formatos (2D). De igual manera, la utilización de visualizadores del modelo – con aplicaciones específicas para dispositivos móviles – permite una lectura del proyecto mucho más completa y actualizada. Esta información queda siempre a disposición del equipo de obra y el cliente. Por último, también podemos exportar el archivo IFC del modelo a programas de medición y preparación de presupuestos (5D), así como de simulación, planificación y gestión de obra (4D) para completar la información que podemos extraer del modelo. Una vez construido el proyecto, el modelo BIM todavía puede ser utilizado para llevar a cabo la gestión integral de los servicios y el mantenimiento del edificio (7D).
La metodología BIM en definitiva no es una transformación tecnológica solamente, no es un software, es un cambio de mentalidad. La interoperabilidad en los procesos complejos se ha hecho imprescindible en el mercado, la trazabilidad de las acciones y las responsabilidades intrínsecas de cada participante en el desarrollo es fundamental para el funcionamiento fluido del proyecto. El acceso del cliente a toda la información de manera sencilla y práctica, en tiempo real, es hoy en día posible y deseable.
Olivia dice
Interesante