“El todo es mayor que la suma de sus partes”; así resumió Aristóteles las bases del holismo. Se trata de analizar y comprender los sistemas como un conjunto integrado y global que es el que, en definitiva, va a establecer el comportamiento de sus diversa partes. Pero no cree en que este “todo” sea sólo una suma de sus partes, sino que las sinergias entre ellas logran un sistema mucho más complejo.
Como tal, la arquitectura puede, por tanto, integrarse en un sistema holístico que intente dar respuesta a diferentes necesidades del ser humano desde perspectivas diversas; pero hoy, queremos destacar la relación concreta de la arquitectura hospitalaria con la holística. En este sentido y desde el punto de vista de la psicología, Abraham Maslow ya hablaba de la satisfacción de las necesidades de su pirámide (fisiológicas, de seguridad, sociales, de reconocimiento y de autorrealización) para lograr una salud completa, desde el punto de vista mental, emocional, físico y espiritual.
En la actualidad, la medicina tiende a ser una disciplina holística, según la cual se debe tratar al individuo como un todo y proporcionarle unos cuidados de salud integrales relacionados con la fisiología, la bioquímica, la nutrición, el ejercicio, las relaciones sociales… y también el hábitat. Por esto, hoy en día, arquitectónicamente hablando, se tiende a suscribir este compromiso holístico con la salud, buscando una mejor calidad visual y espacial y una mayor legibilidad de los edificios hospitalarios que puedan ser beneficiosas para los pacientes.
Nosotros creemos firmemente en que la curación es posible, en parte, a través del espacio. Para lograr un espacio adecuado, tenemos en cuenta la maquinaria que en él se va a disponer, y buscamos siempre la integración de la luz natural, la cromática y los espacios naturales y verdes, tanto en el interior del edificio como alrededor del mismo. El objetivo es siempre mejorar el confort de los usuarios.
Como dice Bruno Gomes, arquitecto senior en AGi architects, “un buen edificio sanitario es aquel en que el usuario siente que está recibiendo los cuidados necesarios sin percibir que está en un edificio sanitario”.
La Clínica Ali Mohammed T. Al-Ghanim es un gran ejemplo de hospital que no lo parece. En ella, los patios se proyectan hacia el interior, invirtiendo el tradicional concepto de fachada, como encargada de permitir la entrada de luz y proteger de las vistas no deseadas. La mencionada integración de la luz natural, se ha conseguido tallando en el volumen los patios, y llega así a todas las clínicas. La celosía de chapa metálica anodizada, perforada, también permite el paso de la iluminación necesaria.
Ya en el interior, el juego cromático que da la bienvenida al paciente, le acompañará a través de la clínica, identificando cada color con una especialidad.
Esta clínica ha obtenido recientemente una Mención de Honor en el marco de los premios del World Architecture Festival (WAF) en la categoría de Mejor Proyecto Sanitario Construido.
Para nosotros, la escala, la luz o la ventilación son elementos básicos, pero en el bienestar de un paciente son fundamentales también la comodidad y la belleza. Para que un hospital tenga la capacidad de sanar debe estar correctamente organizado en términos arquitectónicos, pero también, como comentábamos antes, ser confortable y lograr superar esa sensación de encierro que muchas veces provocan estos edificios.
La configuración del Hospital Cardiológico Hisham A. Alsager de Kuwait genera dos anillos concéntricos por los que circulan separadamente los pacientes y el personal médico. En la fachada que sirve de acceso, un retranqueo en planta baja permite acoger al paciente en un espacio público exterior protegido del sol. El edificio se presenta como un volumen cerrado por todas las fachadas excepto la que está orientada hacia el mar, aquí se coloca el centro de rehabilitación. Un lugar idóneo en el que poder descansar, y recibir todos los cuidados necesarios.
Este hospital fue inaugurado el pasado día 1 de noviembre con gran éxito entre el público kuwaití.
Roque Guanilo Rios dice
Un muy buen ejemplo el «Hospital Cardiológico Hisham A. Alsager » , aveces como arquitectos nos dejamos llevar únicamente por la regularidad que te manda la normativa , según la antropometria y la necesidad del equipamiento correspondiente por para unidad prestadora de salud, pero aveces esto genera que el hospital se vuelva una masa y no encuentre la armonía que necesita para establecer un clima que ayude al paciente a sentirse a gusto.