Por Cristina Ruiz Nolasco, especialista en impresión 3D y BIM Architect en AGi architects.
Cuando hace dos años llegó la impresora hubo un revuelo en la oficina y nos acercamos a ella como los simios ante el monolito de 2001: Una Odisea del Espacio.
Tras más de 50 proyectos usando la impresora 3D hemos podido descubrir los beneficios en este avance tecnológico. Hoy en día existen en el mercado una gran cantidad de impresoras 3D, adentrándose en ámbitos muy diversos, desde la impresión de prótesis y órganos hasta la impresión de comida.
Las maquetas han sido siempre un aliado para los arquitectos a la hora de plasmar conceptos complejos que a través de los dibujos 2D serían inimaginables. Ayudan a los clientes a comprender los espacios y los conceptos que se quieren transmitir y al arquitecto a desarrollar y mejorar el diseño.
Con la impresora 3D, crear variaciones de un proyecto para presentar distintas opciones o para explicar los conceptos del diseño resulta más sencillo y más rápido. Gracias a avances tecnológicos como el diseño BIM y la impresión 3D, se invierte más tiempo en el diseño que necesita el cliente y menos en producir materiales como planos, dibujos y maquetas. En procesos tan largos como los propios de la arquitectura, poder ofrecer al cliente imágenes de su casa, ya sea en realidad virtual o en maqueta, es siempre útil para mantener el foco en los conceptos fundamentales de un proyecto. Así los usuarios finales aprecian el valor de las propuestas.
Al inicio de todo proyecto es interesante hacer unas maquetas rápidas que puedan ayudar al desarrollo del concepto y volumetría que se quiere mostrar, con la ayuda de la impresión 3D se ahorra mucho tiempo al ejecutar variaciones en apenas un par de horas.
El caso más obvio de utilidad de la impresora fue desde el inicio la impresión de los modelos con geometrías más complejas. Gracias a la impresora, se consigue una libertad en el diseño y una precisión que de forma manual podría llevarnos tanto tiempo que acabaría por perjudicar al cliente.
Para los momentos de estrés en los que el proyecto evoluciona continuamente hasta el final, la impresora ha resultado ser una gran aliada. Ante la perspectiva de pasarse una semana modificando o rehaciendo una maqueta a mano, la idea de cambiar un modelo 3D, y mandarlo a imprimir durante la noche resulta mucho más eficaz. En el caso de AGi architects, empleamos la metodología de diseño BIM, por lo que los mismos modelos que se desarrollan para las impresiones 3D nos sirven para el desarrollo de planos y dibujos, paralelizando procesos. Al poder imprimir en cualquier momento una maqueta totalmente actualizada, la impresora 3D ha supuesto un complemento perfecto para desarrollar nuestros diseños.
Ricardo Ruiz dice
Me parece una presentación atractiva y una excelente manera de trasladar la idea de que hay grandes ventajas al utilizar nuevas herramientas de innovación en el trabajo.
AGi Architects dice
Estimado Ricardo:
Sin duda, el futuro ya está presente en nuestras vidas cotidianas. ¿Por qué no aprovecharlo?
Muchas gracias por leer nuestro artículo y dedicar algo de tu tiempo a comentar. Nos alegramos de que lo hayas disfrutado.
¡Un saludo!