Cuando hablamos de sostenibilidad en arquitectura nos referimos a adoptar una actitud responsable con respecto a la utilización de los recursos naturales básicos como la energía, el agua o el suelo, pero no sólo durante el proceso constructivo si no también en la gestión de los mismos recursos en la edificación resultante, de forma que se minimice el impacto medioambiental de las construcciones. Gracias a nuestra experiencia construyendo en entornos de climas áridos y desérticos hemos tenido la oportunidad de poner en práctica este tipo de iniciativas en numerosas ocasiones buscando la cohesión perfecta entre los elementos arquitectónicos y paisajísticos para lograr una mayor eficiencia energética.
La arquitectura bioclimática nos permite aprovechar las condiciones del entorno, planteando un cuidado diseño para dotar a nuestras creaciones del máximo confort interior a la vez que se minimiza el gasto energético. Incorporamos en el proceso de diseño arquitectónico elementos que ayuden a evaluar los recursos naturales disponibles; así logramos, por ejemplo, una autorregulación térmica o potenciar la iluminación natural.
Como ya comentamos en anteriores artículos, la arquitectura sostenible no responde a una plantilla estándar que pueda aplicarse de igual manera en cualquier entorno, si no que cada proyecto debe abordarse de una forma individualizada. Seleccionando los materiales locales, las orientaciones correctas y adecuando la construcción y el paisaje, podremos ahorrar energía y ser más sostenibles independientemente del lugar donde nos hallemos.
Seed House: arquitectura bioclimática en un clima desértico
Un claro ejemplo la aplicación de la arquitectura bioclimática en un clima desértico es nuestro proyecto Seed House, en Al Wafra, Kuwait. Este proyecto ha sido recientemente designado como ganador del premio Mejor Diseño 2014 en los premios MEAA, y consiste en un programa residencial de uso mixto para una plantación de dátiles en un área desértica azotada por las tormentas de arena provenientes del desierto. Tras el estudio del lugar, del clima y de los vientos que afectan la zona, se decidió la solución paisajística más adecuada para proporcionar a la vivienda un microclima confortable. Para ello se decidió situar en el noreste de la edificación, vegetación con árboles de altura media y lagos artificiales que sirviesen de barrera natural contra la arena que arrastran los vientos del desierto, al tiempo que los humidifican antes de que entren en contacto con la casa.
Hundida en el terreno, la fachada más visible es la cubierta ajardinada tratada como un paisaje semidesértico que no requiere de riego. Esta estrategia ofrece protección contra el sol y el viento, al tiempo que ayuda aintegrar naturalmente la vivienda en el terreno. Sólo las torres de viento, a su vez contenedoras de tecnología,emergen sobre el paisaje, como referencia a los símbolosde la arquitectura tradicional de la zona.
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