Nuestro proyecto para laIglesia de la Ascensión del Señor, en Sevilla, ha sido reconocido con el Primer Premio del World Architecture Festival (WAF) en la categoría de Edificios Religiosos Construidos, donde ha competido frente otros cuatro proyectos finalistas procedentes de Holanda, Israel y Singapur.
La propuesta arquitectónica diseñada por AGi architects para esta Iglesia que se integra en el barrio del Polígono Aeropuerto de Sevilla, zona residencial de reciente creación, ha estado dirigida por los arquitectos españoles Joaquín Pérez-Goicoechea y Salvador Cejudo. La obra se finalizó y consagró en septiembre de 2013, sumándose así al conjunto de equipamientos previstos para la zona.
AGi architects defenderá de nuevo el proyecto de la Iglesia de la Ascensión del Señorante el jurado del World Architecture Festival, el próximo viernes 3 de octubre, al competir ahora por el galardón de “Edificio del Año” junto al resto de proyectos ganadores en sus respectivas categorías, que se irán conociendo durante estos días.
Para Joaquín Pérez-Goicoechea, socio cofundador de la firma y quien ha presentado el proyecto en Singapur, “estamos muy contentos por haber logrado transmitir al jurado los valores de nuestro proyecto, aquellos que nos han inspirado para desarrollar un edificio religioso contemporáneo diseñado desde las premisas de economía y sostenibilidad, una construcción sencilla y eficaz que a su vez dote al barrio de una seña de identidad. Nuestro objetivo ha sido concebir una iglesia muy próxima a la comunidad, convirtiéndola en un lugar de encuentro y confraternización desde el que desarrollar labores tanto espirituales como asistenciales”.
El galardón se suma a otros tres premios WAF que el estudio ha logrado en ediciones anteriores, en diversas de categorías de Futuros Proyectos.
Iglesia de la Ascensión del Señor
El proyecto es fruto del concurso convocado por la Archidiócesis de Sevilla en el año 2010. La propuesta de AGi architects surge de la reflexión acerca no sólo de la importancia de la calidad del espacio arquitectónico religioso para el desarrollo de la liturgia, sino de la capacidad de estos espacios representativos para cambiar la sociedad.
El edificio planteado por AGi architects supone la conclusión del Centro Parroquial iniciado hace ahora quince años y su potenciación como foco de actividad comunitaria para un barrio en el que se han terminado de construir más de 2.500 viviendas que alojarán a unas 7.000 personas, que se suman a la población ya existente para alcanzar una cifra cercana a los 20.000 habitantes. El nuevo edificio cuenta con una superficie de algo más de 1.000 m2 que incluyen los espacios principales de culto y las dependencias auxiliares como sacristía, almacenes, etc., con lo que el complejo final engloba una superficie total de 2.000 m2.
Se persigue la consolidación del Centro Parroquial como lugar de encuentro y confraternización, desde el que desarrollar labores tanto espirituales como asistenciales, facilitando la participación de todos los agentes del barrio en torno a un objetivo de regeneración comunitaria. El proyecto también es extremadamente sensible a las circunstancias económicas actuales y de sus usuarios finales, por lo que se ha recurrido a materiales y técnicas constructivas en cuya elección han primado las premisas de economía y sostenibilidad.
El proyecto se estructura en tres vacíos: el gran patio central, vinculado al edificio ya existente, y elemento de conexión entre los espacios de culto y las dependencias del centro, desde donde nace el pavimento de piedra que penetra en el cuerpo principal de la iglesia, doblándose hacia las paredes, y generando el espacio de congregación. Existen otros dos patios de menor escala, uno de ellos vinculado al ámbito de la pila bautismal, el otro a la capilla penitencial y la sacristía.
Hacia el exterior, el edificio se abre al barrio en su portada principal que adquiere gran relevancia como espacio de llamada. La cubierta metálica se posa sobre el edificio conformando diversos planos inclinados que permiten la introducción de la luz en el interior en su justa medida para cada espacio.
World Architecture Festival
El World Architecture Festival es el principal festival y concurso dedicado a celebrar y compartir la excelencia arquitectónica en todo el mundo, con el foco de atención puesto en el debate, aprendizaje e inspiración.
El jurado de este año se compone de una selección de los principales arquitectos y diseñadores, dirigidos por el reconocido arquitecto británico Richard Rogers. Junto a él estarán figuras de la talla de Rocco Yim (Hong Kong), Julie Eizenberg (USA), Enric Ruiz Geli (España) y Peter Rich (Sudáfrica).
El tema de las conferencias de las sesiones principales es “Arquitectos y Ciudad”. Los ponentes examinarán la contribución que los arquitectos pueden hacer y el modo en que influyen y son influidos por políticos, infraestructura, urbanismo, comunidades y tecnología.
La séptima edición del Festival se está celebrando en Singapur, del 1 al 3 de octubre.
Más información:
Os doy la enhorabuena por el premio, pero para el «próximo» al menos tened en cuenta alguno de los comentarios que os dejo a continuación. Es lo que encuentra alguien que entra por primera vez en este lugar.
Soy de algún modo colega vuestro, arquitecto técnico desde 1975 aunque hace años que me dedico profesionalmente al Dibujo Técnico como profesor y dedico mucho tiempo a la fotografía y a CAD. Vivo relativamente cerca de esta iglesia aunque no lo conocía y el pasado domingo me pasé por allí para visitarla y hacer algunas fotos.
Era la hora de misa, a mediodía y discretamente entré y me senté en un lateral mientras el celebrante comentaba las lecturas del día en la homilía. Me quedé sorprendido: la acústica es Sencillamente Nefasta, con dificultad se podía entender las palabras del Sr. cura a una distancia de 10 metros, aunque consciente de ello, se desplazaba hacia un lado y otro con idea de poder tener un contacto lo más directo posible con las personas que asistían a misa. Algunos cantos entonados por los asistentes (no había coro o acompañamiento musical) que acompañaron la liturgia sonaban como dentro de un cuarto de baño sin toallas, y sabéis perfectamente de qué estoy hablando, estamos entre profesionales. Está instalado un sistema de sonido que muestra varios altavoces en los laterales del recinto, que no se estaba utilizando, pero la reverberación por problemas acústicos no resueltos hubiera sido peor.
Y es que parecen haberse obviado varios detalles: una iglesia aparte de un lugar de oración personal, es un espacio de celebración en grupo y el contacto personal mediante la palabra en fundamental. No quiero entrar demasiado en los aspectos decorativos: Los grandes espacios vacíos carentes de símbolos (destaca claramente el sistema anti incendios) para nada invitan a recordar el lugar de qué se trata para el que asiste; el no haber previsto esta cuestión hará que –tiempo al tiempo– alguien decida colocar las imágenes de bulto redondo o pintadas que se supone que deben formar parte de este entorno y el lamentable resultado lo podemos ver en multitudes de ejemplos. Os mantendré informados.
El calor era insoportable, aunque ignoro si era por falta de aire acondicionado o un sencillo problema no resuelto de ventilación (ojo, era 19 de octubre y los asistentes ocupaban aproximadamente un 40% del aforo). Discretamente salí de la iglesia y me propuse visitar los demás espacios del entorno, pero todo estaba cerrado. El patio delantero está muy bien resuelto, la sensación de luz está perfectamente compartida en el interior y el exterior a partes iguales y el lugar invita al diálogo y la tertulia, o leer un libro tranquilamente; pero una mirada a la parte superior de la iglesia de nuevo deja una sensación de que falta algo, recuerda la torre prevista que debe ser pero no es. En Sevilla hay un parque de bomberos con una atalaya que recuerda a ésta.
Y es que se trata de un galardón a nivel mundial, no se vaya a olvidar; el currículo del jurado y las obras que aspiraban a reconocimiento no dejan lugar a dudas, pero me sorprende que no se haya tenido en cuenta cosas tan elementales como la acústica o la decoración, al mismo nivel que la luz que en efecto lo invade todo. En otro momento trataré de visitar el resto.
Un saludo y repito mi enhorabuena.
José M. Acebes Ruiz.
Estimado José Manuel,
En primer lugar, queremos agradecerte sinceramente tus comentarios. Siempre son bienvenidas las opiniones realizadas desde un punto de vista constructivo y que tratan de aportar valor.
En el caso de este proyecto, hemos tenido que afrontar la crisis de otro modo, y ha sido rentabilizando al máximo el presupuesto para lograr unas instalaciones y condiciones óptimas para el edificio y sus estructuras.
Por tratarse de una iglesia, creemos que debe ser un espacio abierto y de reunión para la comunidad, que pertence a los fieles y en el que ellos realizarán las aportaciones que consideren oportunas.
En cuanto a la ventilación, la Iglesia de la Ascensión del Señor dispone de las estrategias necesarias, tanto activas como pasivas, para paliar desajustes en el clima como los que se produjeron el 19 de octubre.
De nuevo, muchas gracias por tus apreciaciones. Sin duda, los tendremos muy presentes en un futuro.
Un saludo.