Localizado en el perímetro del Campus de la Universidad de Zaragoza en Teruel, nuestra propuesta para el ‘Centro de Recursos para el aprendizaje e investigación’ es un proyecto que construye ciudad y crea un espacio fundamental de la vida universitaria.
Utilizando los principales recursos de la arquitectura, como son la búsqueda de la orientación correcta, la organización de la altura de los edificios y la articulación del espacio público, la propuesta maximiza las oportunidades que dan programa y presupuesto creando un edificio responsable, cálido, funcional y flexible.
El asentamiento de la arquitectura en el solar es la clave del proyecto. El programa se divide en 4 edificios. Estos se distribuyen atendiendo al desnivel y la orientación.
El edificio de más altura es el de los laboratorios, que se sitúa en el extremo norte, de forma que no proyecta sombra sobre el resto. El polideportivo, en cambio, se localiza en el extremo sur, ligeramente hundido, disminuyendo su altura.
Por otro lado, se orientan las fachadas largas hacia el sureste. Se maximiza la ganancia solar y minimizan las sombras arrojadas. Se crean dos plazas en forma de diente de sierra que proporcionan bienvenida al centro. Todo ello crea una fachada urbana que cose la manzana y un espacio público para los alumnos.
El Centro tiene una doble identidad, la del este, de fachada urbana que consolida la ciudad, y la del oeste, filtro hacia un frondoso jardín para todo el campus.
El jardín permite el disfrute sensorial de árboles y plantas autóctonas y adaptadas al clima, y alberga áreas para actividades como la lectura, la meditación o el ejercicio. El jardín se entiende como parte fundamental del proyecto educativo, potenciando los espacios en los que estudiar de forma activa, y también descansar e integrar lo estudiado a través del contacto con la naturaleza.
El edificio principal es el Espacio de investigación y divulgación bibliográfica. Alberga salas de estudio y lectura, y el depósito bibliográfico. Dando a la calle, un hall multifuncional de doble altura permite la programación de actividades públicas. Vinculada al jardín está la sala de estudio.
El Espacio de Formación y Ciencia, con laboratorios y aulas técnicas, es un edificio flexible, con sistemas de cortinaje y tabiques móviles.
Entre el Espacio de Investigación y el de Formación y Ciencia, se plantea un edificio de acceso al conjunto y para la reunión de los alumnos. El volumen escorzado en primera planta señala la presencia del acceso a todo el centro. Su interior de doble altura, acabado en madera, tiene continuidad visual con el jardín.
Al sur del solar y en contacto con las pistas deportivas existentes, se abre el polideportivo, aprovechando así la existencia del desnivel a lo largo de toda la parcela para integrar el edificio en la topografía.
Las volumetrías son simples pero ritmadas, destacando los elementos estructurales visibles en el exterior ejecutados en hormigón y las fachadas revestidas con hormigón prefabricado. La versatilidad y la eficiencia energética guían la elección de cada tipo de fachada. En los acabados de los interiores se prioriza el uso de materiales derivados de la madera, para garantizar funcionalidad, calidez y economía.
Siguiendo los principios que aplicamos en todos nuestros proyectos de arquitectura educativa, que atienden a un meticuloso estudio del programa y el solar, tamaño y posición de los edificios, este proyecto crea claridad, apertura, flexibilidad y funcionalidad. A partir de decisiones responsables se crea un universo del que los estudiantes pueden crear su propio lugar, aprendiendo y desarrollando vínculos emocionales y sociales en una diversidad de espacios arquitectónicos y situaciones sociales.
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