¿Cómo dar más a la ciudad y a los usuarios en el caso de proyectos de elevadas exigencias funcionales como los hospitales? Esta es la pregunta desde la que abordamos nuestros proyectos sanitarios. Nuestra respuesta es la de sumar a una organización altamente tecnificada y eficiente, valores ambientales como son la luz natural, la amplitud espacial y la integración del paisaje.

 

El nuevo Centro de especialidades y cirugía mayor ambulatoria de Logroño se ubicará muy cerca del centro urbano, junto a otros dos edificios sanitarios, la Escuela de Enfermería y un Centro de Especialidades llamado CARPA. Nuestra propuesta, presentada en el concurso público, consolida la función sanitaria de la manzana, reorganizando los accesos al proyecto y proponiendo una volumetría sólida que integra hacia el interior la luminosidad del entorno circundante.

 

El nuevo centro estará dotado de dos programas principales: quirófanos y consultas externas. Partiendo de esta diferenciación funcional fundamental, articulamos el edificio en dos bloques. Un volumen inferior rectangular contiene los quirófanos. Sobre este se coloca un cuerpo superior destinado a las consultas cuya volumetría se modela para recibir gran cantidad de luz. Esto define la forma exterior del edificio en su parte superior como un peine.

Esta doble personalidad del edificio se refleja en la materialidad de sus fachadas. Un volumen pétreo recoge los espacios más controlados de los quirófanos. Una aérea fachada envuelve las plantas de consultas.

 

El vestíbulo de tres alturas inundado de luz natural recibe a los pacientes y aporta personalidad al centro. Como en otros de nuestros proyectos sanitarios, materiales y formas cálidas crean un ambiente acogedor.

Una optimizada organización de las funciones, combinada con operaciones volumétricas que abren el edificio al exterior y expanden así la espacialidad de los interiores, dan forma a nuestra propuesta para el Centro de especialidades y cirugía mayor ambulatoria de Logroño.