La Exposición Internacional de Barcelona 1929 dejó para la posteridad una de las obras más importantes de la arquitectura moderna, el conocido Pabellón Alemán que firmó Mies van der Rohe y realizó junto a la diseñadora Lilly Reich. Sin embargo, ésta no fue la única obra llevada a cabo por el arquitecto y la diseñadora alemanes en la exposición celebrada en la ciudad condal. Además del pabellón que representó al país germano, arquitecto y diseñadora se ocuparon de la arquitectura y el diseño expositivo de las secciones industriales alemanas que también formaron parte de la muestra. En ellas, experimentaron soluciones espaciales y materiales que caracterizan la obra de ambos y que en algunos casos dieron pie a nuevas ideas. Estos proyectos son muy poco conocidos.

Cartel de la exposición. Imagen via Wikipedia Commons
La Exposición Universal tiene su origen en Francia. En 1844, la Exposición Industrial francesa de París inspiró a otras naciones a celebrar eventos similares, y finalmente a organizar la primera Exposición Universal en Londres en 1851. Se albergó dentro del conocido Crystal Palace, un descomunal invernadero hecho de piezas de hierro y vidrio desmontables.
Al principio, el objetivo de una exposición universal se centró en la presentación de avances tecnológicos. En 1929, Barcelona acogería una exposición internacional, que había venido fraguándose desde 1905, promovida por el arquitecto Josep Puig i Cadafalch. Con motivo de ésta, se proyectó y urbanizó un gran área a los pies de la montaña de Montjuïc. El resultado fue una amplia zona de carácter monumental y estilo noucentista, junto a la actual Plaza de España, que se inspiró en la plaza de San Pedro del Vaticano de Bernini. Una gran avenida nacía en ella y terminaba frente la Fuente Mágica, cerca de la cual, pero apartado, se ubicó el Pabellón Alemán.

Pabellón Alemán. Imagen via Wikipedia Commons.
El edificio proyectado por Mies, derribado tras la exposición y reconstruido entre 1985 y 1987 por los arquitectos Cristian Cirici, Ignasi de Solà-Morales y Fernando Ramos, mostraba un entendimiento del espacio como algo fluido. El espacio era dirigido a través de paramentos sin decoración. Los propios materiales —telas, vidrios, metales pulidos y mármol, así como la lámina de agua en el exterior— se convertían en ornamento.
Para la misma exposición, Mies diseñó también el Pabellón de Suministro de Electricidad alemán, un proyecto que ha pasado mucho más desapercibido. No está claro si Lilly Reich contribuyó también al diseño del Pabellón de Suministro de Electricidad, aunque sí es conocido que en el proyecto colaboró como ingeniero Fritz Schüler. De igual manera, se desconoce en qué medida participó Mies de los diseños expositivos que se les encargaron también y que ocuparon otros palacios. Estos se destinaron a exponer productos de distintas industrias alemanas. En relación a ese aspecto, las críticas de arquitectura Matilda McQuaid y Sonja Günther han considerado que las zonas de exposición fueron desarrolladas principalmente por Reich y que Mies sólo participó en el diseño de los displays dedicados a la cerveza Hackerbräu, el textil y la química alemanes.
El pabellón de Suministro de Electricidad alemán se encontraba en la plaza de la Luz, entre los palacios de Comunicaciones y Transportes y del Arte Textil, junto a la plaza de España. Fue el último edificio construido en ladrillo por el arquitecto alemán. Su planta era prácticamente cuadrada, de 20 por 20 metros de lado, mostrando un volúmen casi cúbico, pintado en blanco, con un gran vano como acceso.

Pabellón de Suministro de Electricidad. Imagen via Urbipedia.
En el interior, el espacio abierto y sin divisiones se caracterizaba por un suelo de linóleo (moderno material en la época), y unas paredes cubiertas de fotografías. Estaban probablemente impresas sobre un textil que forraba todos los paramentos, incluido el techo. Así, el interior mostraba un gran paisaje que rodeaba todo el perímetro construido en forma de collage fotográfico. Éste mostraba la arquitectura de las plantas eléctricas. Recordemos que éste era el momento de la Nueva Objetividad en la fotografía, que intentó buscar el lado más preciso y menos expresionista de las posibilidades de la cámara de fotos.
En el exterior, la estructura se hacía visible al aparecer por fuera del cerramiento exterior de ladrillo enfoscado en blanco, distinguiendo así estructura de fachada como haría Mies en futuros proyectos. De esta manera, el pabellón de Suministros Eléctricos se configuraba como un opuesto al Pabellón Alemán. Frente al espacio semiabierto, semicerrado, fluido del pabellón que ha pasado a la posteridad, el espacio del pabellón de suministros era cerrado, volcado a su interior. Iluminado por luz artificial, buscaba crear una gran imagen artificial, un paisaje fotográfico de gran escala en todo su perímetro.
Por otro lado estaban los proyectos expositivos que Lilly Reich y Mies van der Rohe realizaron en Barcelona. Lilly Reich estaba especialmente especializada en el diseño de escaparates y exposiciones y también Mies había realizado numerosos proyectos en este ámbito. A pesar de tener una escala menor, estos proyectos son sin duda significativos. En los realizados en Barcelona, las propuestas que ambos realizaron se caracterizaron por la toma de una serie de decisiones arquitectónicas comunes. Así, las distintas intervenciones compartían la selección del tipo de mobiliario o el diseño de las vitrinas expositivas. Los dos colaboradores tomaron la decisión de unificar los conjuntos de mobiliario, siendo todos de tubo metálico, con sillas, sillones, taburetes y mesas tipo MR, producidos por la Berliner Metallgewerbe. Además del mobiliario, el diseño coordinado de los letreros se convirtió en un sello distintivo de las secciones alemanas.
Entre los distintos diseños expositivos que realizaron, la exposición de la Deutsche Seide, en la sección de Sederías y Terciopelos del Palacio de Artes Textiles, tuvo mayor impacto mediático. Ambos ya tenían experiencia en mostrar este material, pues juntos ya habían realizado la conocida exposición Cafe Samt & Seide en Berlín en 1927. En esta otra ocasión, en Barcelona, plantearon para el display de las muestras de tela un área delimitada en el Palacio de Artes Textiles a través de una serie de vitrinas-muro con empanelados blancos. Estos creaban un fondo para los textiles exentos que se mostraban en la zona central. Las vitrinas perimetrales, contenían, a la vez, otros tejidos similares en su interior. En el centro del stand, los textiles se exponían colgados de barras independientes, dispuestas ante una serie de vidrios enmarcados en carpinterías cromadas. Los vidrios estaban coloreados de distintos tonos. Uno de ellos, adquiría una forma semicircular, una forma que compartían otros proyectos realizados por el arquitecto alemán.
El conjunto de los diseños para las exposiciones industriales alemanas en la exposición de Barcelona dan muestra del dominio espacial y material que tenían Reich y van der Rohe del espacio expositivo. Su uso de las vitrinas y los paramentos textiles para crear espacios que recogieran los espacios de exposición, el uso del mobiliario y la rotulación para generar una identidad común, y la capacidad de crear una imagen moderna y envolvente a través de la fotografía y los propios materiales expuestos convierten estos proyectos en propuestas iniciáticas y fundamentales de una disciplina naciente, el diseño expositivo y la arquitectura de pabellón de exposición.
Si el reconocido Pabellón Alemán supuso la culminación de muchas de las investigaciones de Mies van der Rohe y uno de los primeros y más importantes ejemplos de estilo moderno en España, los distintos proyectos que Mies y Reich realizaron en Barcelona en el ámbito de la exposición internacional hacen ver que otros desarrollos de menor escala pero fuerte interés tuvieron lugar a la vez. Por otro lado, muestran la convergencia entre industria, Estado y arquitectura que se estaban dando en ese momento en la Alemania de Weimar, algo que se reflejó también en las creaciones artísticas y arquitectónicas que aparecieron en contextos como el de la Bauhaus.
Fuentes consultadas
Laura Lizondo Sevilla, «Mies’s Opaque Cube: The Electric Utilities Pavilion at the 1929 Barcelona International Exposition», en Journal of the Society of Architectural Historians, Volumen 76, Número 2 junio 2017, 197-227. Disponible en https://riunet.upv.es/bitstream/handle/10251/107409/JSAH7602_LizondoSevilla.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Laura Martínez de Guereñu, «Un pabellón, ocho palacios: la construcción de la identidad alemana en Barcelona 1929», en Archivo Español de Arte, XCII, 366 abril-junio 2019, pp. 203-218. Disponible en http://archivoespañoldearte.revistas.csic.es/index.php/aea/article/download/1069/1101
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