La obra, basada en su tesis doctoral, analiza el diseño imperante en los climas áridos, una copia del modelo occidental que, sin embargo, no parte de la misma realidad. En los climas áridos como el kuwaití, la exposición solar es muy abundante y las temperaturas muy elevadas, por lo que el modo de abordar el proyecto arquitectónico debería estar adaptado a estas circunstancias específicas. ¿El objetivo? Dotar a los espacios de la luz natural más efectiva en cada caso, generar gradaciones espacio-lumínicas que favorezcan el confort visual en un entorno en el que existe un gran contraste interior-exterior, y conseguir un importante ahorro energético, ya que la electricidad es uno de los factores con mayor incidencia en el consumo energético de los edificios, alcanzando casi el 30% del coste total.
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