Entre las tendencias actuales en lo que se refiere a la arquitectura de fachadas contemporánea, las fachadas dinámicas son un fenómeno que bien merece este capítulo a parte. Por este motivo, hoy destacamos diferentes fachadas dinámicas que comentamos a continuación.
A las consabidas funciones estética, impermeabilizante y aislante (térmica y acústica) de las fachadas, últimamente podríamos decir que se le ha añadido una nueva, la de minimizar el consumo de energía; no se trata tanto de una función nueva, sino más bien de una prolongación de las anteriores. Ya sea a través del sombreado y la ventilación pasivas, o a través de complejos sistemas dinámicos, la necesidad de controlar el ambiente del interior del edificio para reducir nuestra dependencia del aire acondicionado, la calefacción o la luz artificial, ha conseguido que los exteriores de los edificios hayan evolucionado de la mano de la tecnología.
El sistema Homeostatic Building Facade ideado por Decker Yedon es un prototipo experimental que reacciona a la temperatura aportada a la fachada. El material del que se compone funciona como un músculo artificial, cambiando de forma por sí solo para hacer frente a la ganancia de sol. Además, es de bajo consumo y de control localizado.
En este vídeo podréis observar su funcionamiento.
Otro ejemplo es el sistema de sombreado de alta tecnología Sunbreak, recientemente construido por la firma NBBJ. Basado en el diseño de la puerta del garaje de Santiago Calatrava de 1985, ofrece la posibilidad de control total del entorno a los usuarios gracias a una aplicación móvil disponible para Android y para iPhone. Normalmente, pliega o despliega automáticamente una serie de toldos según la hora del día. Pero, a través de unos sensores, podrá actuar en consecuencia si detectan o no personas en la habitación, así como la proximidad de nubes.
Más información sobre Sunbreack en este vídeo.
Sin duda, un ejemplo perfecto, ya llevado a la práctica, de fachada dinámica es el de las Torres Al Bahar del estudio AEDAS. Inspirados en la mashrabiya, el elemento tradicional islámico para crear sombras, y en las formas del origami, los elementos geométricos no sólo protegen automáticamente de la ganancia de sol, sino que ofrecen un impacto visual único. Y, por si fuera poco, utiliza energía renovable de paneles fotovoltaicos.
Observa el funcionamiento de estas espectaculares estructuras en este video.
Por último, si en los ejemplos anteriores las fachadas funcionan como organismos vivos, podría decirse que la siguiente, de hecho, lo es. El proyecto BIQ House, creado por Arup, cuenta con una fachada construida con algas cuyos reactores biológicos permiten que éstas crezcan más cuando sale el sol para aumentar el sombreado interno. Además, estos reactores producen biomasa y energía solar, con lo cual el edificio puede alimentarse a sí mismo de energía.
Descubre cómo funciona este organismo vivo en este vídeo.
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Un artículo de mucha utilidad. A todos los que nos interese el tema lo encontraremos de gran interés. Muy buen trabajo.