Presentamos en este artículo los últimos proyectos arquitectónicos para la educación desarrollados por AGi architects a través de concursos privados y públicos. Los diseños propuestos incorporan las principales innovaciones en arquitectura educativa en el siglo XXI. El diseño del ambiente educativo es parte fundamental de un nuevo acercamiento a la educación.
Sana, un nuevo sistema de arquitectura educativa, en Kuwait
Sana es un movimiento escolar sostenible para espacios arquitectónicos propuesto desde AGi architects. Apuesta por el diseño y la arquitectura como agentes fundamentales en una nueva cultura de aprendizaje. Es un sistema escolar que fomenta la creatividad, la exploración, el juego y el deseo por aprender, y favorece los lazos afectivos y la colaboración con los profesores. Considera la luz y aire natural, las energías renovables, lo táctil, el paisaje, la estructura espacial y el color como elementos fundamentales para una nueva propuesta educativa.
Estos proyectos intentan usar el diseño como herramienta para transformar la educación y fomentar el aprendizaje.
Sana es un sistema flexible para la arquitectura educativa que puede afrontar las necesidades de cada contexto. Recientemente AGi architects lo ha aplicado al diseño de cuatro colegios destinados a distintos grupos de edad en Kuwait.
En primer lugar, la búsqueda de la luz y el aire natural, así como la introducción de energías renovables y del paisaje, contribuyeron a dar forma a los cuatro centros. En búsqueda de una mayor sostenibilidad, se aplicaron técnicas de diseño pasivo a los edificios con el objetivo de crear microclimas confortables. La disposición de la cubierta, una rejilla estructural de vigas de hormigón, garantizaba que toda la luz natural fuera difusa. Las vigas creaban sombra en el interior. Se maximizó la integración de la vegetación y los espacios verdes. Algunas áreas se hundieron o levantaron delicadamente para mejorar el movimiento del aire a través de la escuela. Además, la cubierta integró células fotovoltaicas.
En segundo lugar, la estructura espacial de los edificios se diseñó para favorecer sus cualidades emocionales. Está demostrado que el aprendizaje sólo se realiza cuando existe sensación de seguridad. Arquitectónicamente, esto tomó la forma de una pared perimetral que rodeaba cada escuela. Esta operación llevó consigo la apertura de patios en el interior, donde podían emerger el juego y aprendizaje seguro de niños y niñas. En el caso del instituto, la sensación de seguridad de los estudiantes se combinaba con espacios que favorecieran su independencia. En el caso del jardín de infancia, se tuvo en cuenta la creación de un cosmos adecuado para los niños y niñas. Por esta razón, lugares como el auditorio estaban diseñados a su tamaño.
Finalmente, el espacio de cada uno de los centros se organizó de acuerdo al ritmo y tareas de los niños y niñas. De esta manera, los edificios dibujaban la secuencia espacial que correspondían a la rutina diaria, desde que llegaban al centro hasta que se marchaban.
Colegio de Educación Infantil y Primaria en Villímar, Burgos, España
Situado junto al Parque lineal del río Vena, que conecta el barrio de Villímar con el centro de la ciudad, esta propuesta fomentaba también la relación entre el espacio educativo con lo natural. El proyecto para el nuevo Colegio ponía en valor las condiciones existentes del solar. Creaba un gran espacio de recreo orientado a sur para maximizar el soleamiento, y configuraba la cubierta como un gran plano inclinado que continuaba el espacio verde del río.
El diseño de los espacios educativos buscaba hacer posibles distintos tipos de conocimiento y encuentro. Así, al atrio central, un espacio común para encontrarse, se le añadía una zona más acogedora, aterrazada, para encuentros más íntimos. A este espacio se abría el comedor, que era de uso flexible, y fuera del horario de comidas podía acoger actividades manuales. Dando a este atrio se configuraron también la biblioteca, y un espacio diseñado especialmente para concentrarse y estudiar.
Como sistema constructivo sostenible se eligió la madera contralaminada Massive Wood, armada en junta seca y combinada con aislamientos térmicos de gran espesor. Esta opción reducía considerablemente los niveles de CO2 empleados en su fabricación a la vez que permitía su reutilización y reciclado posterior.
Como resultado, el proyecto tenía no sólo unos espacios que favorecían el compartir, sino que su materialidad, cálida y agradable, apoyaba estos intercambios desde lo sensible. La cuidada relación entre los espacios de encuentro, y con el exterior, terminaban de configurar un proyecto pensado desde la experiencia de niños y niñas.
Nuestras propuestas pretenden abordar estos problemas desde la arquitectura, creyendo que ésta es fundamental para el contexto educativo, y que puede transmitir valores y crear las sensaciones que lleven a un mejor contexto para un desarrollo y experimentación individual y colectiva.
Nueva escuela Los Bates en Louňovice, República Checa
El diseño para la nueva escuela de Los Bates atendía a su ubicación, un contexto natural, verdaderamente singular. La cuidada relación entre el edificio y el exterior fue uno de los objetivos más importantes del diseño. Lagos, bosques de hayas, roble, abedules, tilos y álamos caracterizaban la zona, al este de Praga, donde se planteó esta escuela.
La propuesta era de líneas rectas y volúmenes claros. En la fachada norte, la volumetría tenía una escala mayor, de carácter colectivo. Organizándose a través de una trama, se disolvía progresivamente en volúmenes menores, para, al sureste, adquirir la escala de las viviendas del entorno y relacionarse a través de una topografía aterrazada con el paisaje. Además, el edificio integraba el contexto en su interior a través de patios en los que se favorecía el crecimiento del bosque.
Por otro lado, en esta arquitectura educativa, se diseñaron los espacios interiores que propiciaban maneras diversas de compartir conocimiento. El acceso, llamado the Wood Gate, configuraba un gran atrio, que era un espacio de encuentro para toda la comunidad educativa, una grieta pública que conectaba todos los programas del edificio. Su opuesto era the Mountain: la zona aterrazada exterior al sureste que se integraba en el paisaje.
Las aulas eran flexibles y agrupables, y se relacionaban con un espacio adyacente para intercambios informales entre alumnos y entre alumnos y profesores.Se planteaban además otros dos espacios singulares. The Plaza, un espacio amueblado de forma flexible, permitía el trabajo en grupo. The Cave, en cambio, era un espacio geométricamente sorprendente y acogedor cuyo fin era favorecer la reflexión y concentración.
Henrry Patricio Cango Patiño dice
Interesante , los resultados son mu y prácticos y sobre todo funcionales , la dinámica de espacios flexibles y su relaciòn con el espacio interior exterior denota la calidad del trabajo…