Con la llegada de la electricidad a los hogares, las iluminación cambió y las lámparas cobraron una importancia singular en el hogar. Dispositivos funcionales pero a la vez esculturas de luz, recorremos el siglo XX a través de 10 lámparas modernas que nunca perdieron vigencia.
1. Alemania, 1900
La luminaria de suspensión HL99 fue una de las primeras lámparas modernas que funcionaron con bombillas eléctricas. Durante los años 20 y 30, esta lámpara se instaló en numerosas escuelas y oficinas, al tiempo que arquitectos de renombre como Peter Behrens, Adolf Loos o Josef Hoffmann la utilizaron en sus interiores. La lámpara HL900 se caracteriza por su esfera de cristal opalino que cuelga de un tubo cromado como si fuera un cuerpo celeste. El diseño muestra una pureza formal propia del naciente estilo moderno.
La autoría de este diseño es desconocida. Otras luminarias de diseño similar fueron concebidas en esta época. Dan cuenta de ello las lámparas proyectadas por Marianne Brandt o Hans Przyrembel en el contexto de la Bauhaus.
2. Dinamarca, 1924
Si hubiera que decidirse por una de las lámparas modernas por excelencia, es muy posible que la luminaria de suspensión PH, diseñada por el danés Poul Henningsen para la firma de lámparas de Louis Poulsen, fuera la mejor candidata.
El prototipo de la primera lámpara PH fue fabricado por Poul Henningsen en 1924 después de casi diez años de experimentación. El objetivo de Henningsen era conseguir dar a la luz eléctrica la calidez de las lámparas de gas. La lámpara fue presentada en la exposición de Artes Decorativas de París en 1924 y empezó a ser vendida en 1926. A partir de entonces, el fabricante Louis Poulsen lanzó un gran número de modelos de lámparas PH: lámparas de mesa, lámparas para mesilla de noche, lámparas de pie… El diseño de Henningsen representaba de manera excelente el espíritu del diseño nórdico. Aunaba claridad formal y eficiencia funcional, con una delicadeza estética que refleja la preocupación por conectar el mobiliario con la vida.
Las lámparas PH están compuestas por múltiples pantallas concéntricas cuya función es eliminar el deslumbramiento visual. Además, estas pantallas permiten crear diferentes tonos de luz. El resultado es una lámpara que sigue dando un aspecto acogedor a cualquier espacio.
3. Francia, 1927
Sin duda las primeras décadas del siglo XX fueron clave para la experimentación del diseño con los nuevos objetos que incorporaban la electricidad. La lámpara de pie Tube Light fue diseñada en el año 1927 por la diseñadora y arquitecta Eileen Gray. La lámpara se compone de un tubo fluorescente sencillo soportado por un vástago de metal cromado con casquillos de plástico negros.
Eileen Gray fue una de las primeras mujeres reconocidas internacionalmente en la actividad del diseño industrial, aunque su reconocimiento tardó en acercarse a lo merecido debido a su condición de mujer. Nacida en Irlanda, vivió en distintas ciudades como París y Londres, y se ganó la reputación como la primera artista europea del siglo XX en adaptar las tradicionales técnicas asiáticas sobre el uso de la laca en el diseño. Eileen Gray también realizó trabajos en el contexto de la arquitectura, en el que destacaron proyectos como el realizado junto a su pareja Jean Badovici, la modernísima Casa E 1027. Ubicada en Roquebrune, cerca de Mónaco, sobre un acantilado cercano al mar, la casa era un ejemplo de modernidad.
4. Alemania, 1928
Marianne Brandt, autora, como hemos visto, de una de las lámparas modernas esféricas similares a la HL99, fue una diseñadora industrial alemana que se formó entre 1923 y 1928 en la Bauhaus. Destacó en la escuela por sus habilidades, y se la permitió asistir al taller de trabajo con metal, siendo la primera mujer que lo hizo —en ese momento, muchas especializaciones estaban prohibidas a las mujeres. Tal era su aptitud, que en 1928 – 1929 dirigió el taller de metal. Fruto del trabajo de Brandt surgieron numerosos diseños, entre ellos, la lámpara de sobremesa Kandem, diseñada en 1928.
Este diseño práctico y funcional que nos recuerda a muchas de las lámparas de nuestra cotidianidad, refleja los valores funcionales y estético de la escuela alemana. Funcionalidad y producción industrial la caracterizan, al igual que una sencillez formal característica del movimiento moderno al que la Bauhaus contribuyó a dar pie.
5. Noruega, 1937
Si la lámpara de Brandt nos recuerda a muchas de las lámparas modernas de nuestra vida, entre lámpara de sobremesa destaca la icónica Luxo L-1. Diseñada por el arquitecto noruego Jacob Jacobsen en 1937, se ha llamado numerosas veces lámpara de arquitecto. Resulta perfecta para la mesa de trabajo por sus posibilidades de articulación y dirección de la luz. Su esquema de diseño se basa a su vez en el brazo articulado de la lámpara Anglepoise que desarrolló el británico George Carwardine en 1933, que se inspiró en la dimensión y la función del brazo humano.
La Luxo L-1 inspiró el famoso personaje de Pixar Luxo Jr, que proviene a su vez del diseño del logo corporativo de la compañía.
6. Italia, 1950
El carácter alegre y hedonista propio de mucho del diseño italiano, así como de las décadas de mitad del siglo XX, es perfectamente visible en la lámpara de mesa Fungo, que concibió el grupo de diseño Venini en 1950.
Realizada en vidrio soplado de Murano, su icónica forma de seta y su delicado rayado en blanco combina con una gama de colores muy amplia, que incita a instalar la lámpara en parejas o en grupos de tres para resaltar su belleza. La modernidad de un acabado continuo y claro formalmente, se combina con las tendencias organicistas del momento en este diseño inolvidable que recuerda a hongos o setas y remite a un paraje natural de fantasía.
La fábrica de cristal Cappellin Venini y C. fue fundada en 1921 por Paolo Venini -abogado milanés- y Giacomo Cappellin -anticuario de Venecia-, en la isla veneciana de Murano. Desde el principio, la firma se interesó por incorporar figuras del diseño a su trabajo. Además de innovar en la producción de vidrio soplado, en ella colaboraron arquitectos italianos de referencia como Carlo Scarpa, Gio Ponti o Ettore Sottsass.
7. Japón, 1951
Frente a la explosión alegre de las lámparas de Murano, las esculturas de luz Akari (1951) de Isamu Noguchi, también vinculadas a la artesanía, tienen una delicadeza serena. Esta serie de luminarias están hechas a mano con papel washi tradicional por artesanos japoneses, y cañas de bambú. «La dureza de la electricidad se transforma así a través de la magia del papel, volviendo a la luz de nuestro origen – el sol”, dijo de ellas el propio Noguchi. Su nombre, «akari», significa «luz» y «liviano».
El famoso escultor japonés-americano, Isamu Noguchi, en 1951 viajaba por la ciudad de Gifu en Japón. Quedó admirado por las linternas que usaban los pescadores nocturnos en el río Nagara. Noguchi se quedó y aprendió el método tradicional Gifu de construcción de papel, y finalmente creó sus lámparas. Actualmente, cada escultura de luz Akari es meticulosamente elaborada a mano en el taller Ozeki, una empresa familiar tradicional con sede en Gifu, y existen más de cien diseños.
8. Dinamarca, 1971
El mítico diseñador Verner Panton presentó a principios de la década de 1970 su diseño para esta lámpara que sin duda conecta con la luminaria de mesa Fungo: Panthella. Disponible tanto de pie como para mesa, este diseño alegre y con una fuerte influencia pop es una perfecta representación del momento en que se diseña.
El principio básico de la lámpara fue que tanto el pie como la pantalla actuaran como reflectores. La fuente de luz está oculta bajo una pantalla acrílica hemisférica de color blanco lechoso. La base blanca con forma de trompeta contribuye a una bella distribución de la luz.
Panton fue uno de los más influyentes diseñadores de mobiliario de final del siglo XX. De él recordamos sin duda la silla de plástico moldeado de una sola pieza y en voladizo. Panton, que diseñó varias luminarias para Louis Poulsen, se interesó por los nuevos materiales de mitad de siglo, como el acrílico, la espuma, el plástico y el poliéster reforzado con fibra de vidrio, y con ellos definió formas lúdicas de colores fuertes y superficies brillantes.
9. Italia, 1979
«La primera idea para la lámpara ‘Paréntesis’ la tuvo Pio Manzù, quien había pensado en un poste fijo vertical y en una caja cilíndrica con una hendidura para la luz, que se desplazaba hacia arriba y hacia abajo: para fijarla era preciso un tornillo. He sustituido el poste por una cuerda metálica que, desviada, hace de fricción y permite a la lámpara mantenerse en la posición correcta sin necesidad de tornillo alguno”. Estas palabras de Achille Castiglioni, que ideó la luminaria junto a “Pio Manzú” resumen el concepto de este bella, ligera y práctica lámpara ganadora del “Compasso d’Oro” en 1979.
Parentesi no ocupa espacio. Sus componentes son mínimos. En 1970, se presentó en un kit creado por Castiglioni que contenía todas las piezas fácilmente montables de la lámpara. Envasado al vacío en una carcasa de base blanca que encajaba perfectamente en la carcasa superior transparente, disponía como la propia lámpara de un asa en la parte superior que permitía un fácil y cómodo transporte.
10. Alemania, 1999
En 1999, el diseñador industrial Konstantin Grcic diseñó la lámpara May Day para Flos. Esta pieza, de imagen utilitaria y práctica, refleja el espíritu flexible y cambiante del cambio de siglo. La lámpara es transportable, pudiendo cambiarse fácilmente de lugar y adaptarse a la actividad que se esté realizando. Pesa sólo 700 gramos, su cable de casi 5 metros se enrolla en la parte superior, además está adaptada para colgarse en cualquier parte.
El diseño de May Day encaja perfectamente con un mundo en el que dispositivos móviles como los teléfonos o los ordenadores portátiles forman parte de nuestra cotidianidad. El difusor está construido en polipropileno opalino estampado por inyección, el gancho/asa donde se enrolla el cable, en polipropileno opal estampado por inyección en color naranja o negro. Un interruptor de botón se ha colocado en el asa en este diseño contemporáneo.
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